isoslayable(mente)

Analizame

noviembre 29, 2009

Mírame.-


¿Cuántas veces pensaste en un regreso? ¿Cuántas otras pensaste en un nuevo comienzo? Demasiado tiempo te pasaste buscando respuestas, pero nunca te diste cuenta que el error estaba en la pregunta. Buscar culpables, buscar razones al fin y al cabo no tiene sentido, vas a seguir sumido en un mar de dudas. La reflexión sobre las cosas es lo que te mostrará el sendero, hacer análisis de lo sucedido y recuperar lo aprendido e incorporarlo. No dejes que esto te confunda con vivir en el pasado, simplemente tenerlo como herramienta y no como causa de lágrimas, amores rotos e ilusiones vacías. No te sigas escapando del encuentro con vos mismo, con tu alma, tus sentimientos más profundos, y no solamente aquellos que tenés tatuados a fuego en la piel, esos que son los que hoy te confunden y te distraen. Hoy te levantaste, viste el cielo gris y la lluvia cayendo por tu ventana, y sabés que esa es la razón por la que cada mañana seguís buscando ponerle el color que tenían tus días, esos colores que salían del tinte de tu risa. Siento un enorme pesar cada vez que te veo y no puedo sonreír porque vos no lo haces, necesito que me mires otra vez con esos ojos que brillaban día a día. Todavía recuerdo aquella vez que en un llanto incontenible me decías “¿Qué se siente no sentir dolor?¿Qué se siente ser un simple reflejo?¿Qué se siente vivir sólo cuando tenés a alguien de frente?¿Por qué me mostrás al que yo no quiero ver?”, sé que para eso no tengo respuesta alguna, pero lo que sí sé es que hoy, viéndome, estás viendo un poco más de vos. Y en ese instante se quedó mudo, como siempre, volviendo a ser un simple espejo.

noviembre 17, 2009


He sentido, desde un comienzo, que la relación nunca fue un “Vos y Yo”, sino que fue un “Nosotros”, sin que nos diéramos cuenta, estábamos ahí, tirados junto al fuego, siempre siendo el complemento uno del otro. Uniendo miradas, abrazos, caricias, besos se fue solidificando ese “Nosotros” y se imprimió en la memoria a partir de los detalles de los caminos, las habitaciones, los cielos, los días, las tardes, los mates, el sabor a cigarrillo, todo formando parte de la historia que algún día alguno se atreverá a contar. El mundo sigue corriendo frenético, imparable pero aún así en el preciso instante en el que juntamos nuestros fuegos lo detenemos. En una rara mezcla de palabras que revolotea por el aire nombrando cosas, lugares, sentimientos logramos generar una energía alrededor nuestro que nos sumerge aún más dentro de “Nosotros” y lo alimenta. Ese nosotros no respeta las leyes del tiempo y el espacio, ya que está en todos lados, a miles de kilómetros, y vive eternamente, hasta el día en que no ocupemos más lugar en este mundo, y luego seguirá existiendo para siempre en el recuerdo de los que conocieron ese “Nosotros”. Ese “Nosotros” que posee una perfecta dialéctica de un polo positivo y uno negativo de imán, de un “te quiero” y un “yo también”, de un ave y el vuelo, de río y mar, de futuro y esperanza; era el pilar que sostenía, al fin a un “Vos” y un “Yo”, pero que no eran más que almas vacías, llenas de nada, sin el “Nosotros”.